sábado, 26 de mayo de 2012

BERA, GUERRA CARLISTA 2 DE MAYO 1872


En la revista “Berako Oihua” correspondiente al año 1979, revista que se publica en Bera todos los años coincidiendo con sus fiestas patronales, el desaparecido escritor Julio Caro Baroja terminaba su habitual colaboración de historia local, con una despedida en la que dejaba pendiente para la siguiente aparición de la revista, los relatos y acontecimientos de la entrada en Bera del Pretendiente a rey de los carlistas Carlos VII. Acontecimientos que supusieron el comienzo de la tercera carlista.

Este artículo pretende relatar dichos acontecimientos, no solo de su entrada en Bera el 2 de mayo de 1872, sino también el antes y después de dicha fecha. Alargándola poco más allá del 4 de mayo de dicho año, cuando el Pretendiente sufrió una severa derrota en Orokieta, debiendo por ello retornar a Francia, dando así por terminada su aventura y amago de levantamiento militar.

En lo que respecta al comienzo de la 3ª guerra carlista, algunos autores dan como buena la fecha citada del 2 de mayo de 1872, pero para otros la correcta sería la de julio de 1873, coincidiendo a su vez con la entrada de Carlos VII por Elizondo a España. Sea como fuera, en esta segunda fecha, y más concretamente el 10 de julio, desde Bera huye Manuel Ignacio Santa Cruz Loidi, el cura Santa Cruz, con lo que, una vez más, este pueblo fronterizo aparece en ese cruce de caminos de los acontecimientos bélicos con los que desgraciadamente le regaló la historia.

Ahora bien, a efectos de pagos y liquidaciones de suministros, la Real Junta Gubernativa de Navarra del Ejercito Real, emitió en Estella el 17 de febrero de 1874 una circular de abono de gastos por efectos de la guerra, como fecha del comienzo de la contienda el 21 de abril de 1872.

Desde comienzos del año 1872, era un secreto a voces que se estaban dando todos los preparativos para un alzamiento armado carlista en el territorio español, pero no fue hasta abril de dicho año cuando los rumores empezaron a cobrar forma. La agitación política que se vivía entonces era el preludio de una guerra civil.

Así, desde Pamplona el comandante de Carabineros de Navarra con fecha de 22 de abril manda una circular a los pueblos fronterizos para que en vista del movimiento de carlistas inmigrantes en la frontera se le notifique inmediatamente cualquier novedad al respecto, así mismo notifica que la frontera se reforzará con más carabineros y guardia civil”.

Por los datos y partes existentes, se puede seguir el relato de aquellos días, y así se establecen comunicaciones al coronel de carabineros con sede en Etxalar, en las que se comenta “que el día 23 de abril, y de madrugada una partida de gente armada atraviesa la villa de Bera disparando tiros a los carabineros que les dieron el alto. Aquellos pasan por el puente San Miguel con la intención de dirigirse a Lesaka y Guipúzcoa.

Ante estos acontecimientos y en vista de que en ese día se está avistando gente armada por el monte Larun, se emite una orden para “que en los pueblos cercanos a la frontera se haga un control de las armas existentes, a lo que en Bera responden la mayoría de los caseríos de no hacer entrega de las armas (escopetas), para poderse defender mejor de los malhechores”.

Posteriormente y ante el peligro que podía suponer que las fuerzas carlistas se hicieran cargo de las armas, y por orden del Jefe de Brigada Primo de Rivera, “se ordena y manda un oficial comisionado para recoger todas las escopetas de los habitantes de Bera”.

El 1 de mayo, y por la carretera de Pamplona, y dirección a Etxalar, “se notifica que entre 1.500 a 2.000 hombres al grito de ¡Carlos! y al mando del general Rada, entran en el pueblo pidiendo mil raciones de comida. Se informa que aunque algunos van bien armados y con monturas, la mayoría están sin armas.”

En la madrugada del 2 de mayo, Don Carlos, acompañado por su secretario militar Artajona y sirvientes, y sin tener conocimiento Don Eustaquio Díaz de Rada, Jefe de Operaciones en las Vascongadas y Navarra carlista, pasa a España por Bera atravesando el monte Larun. Antes de su aparición en la Villa descansa en el caserío Artalurta, que desde entonces también se le conocería como Carlos Chapa.

Al mediodía entra en el pueblo fronterizo, donde le estaba esperando el general Rada, por cierto con bastante desagrado, al no haber seguido sus indicaciones de permanecer en Francia hasta nueva orden. Rada consideraba un error su entrada prematura en España sin un ejército que le diera la cobertura necesaria. Y razón no le faltaba, visto lo sucedido en Orokieta. El Pretendiente realiza un pequeño descanso en la casa Lazarobaita, para posteriormente, y acompañado de unos 2.000 hombres, abandonar el pueblo.

Con esta partida, y al llamamiento carlista, abandonaron el pueblo los siguientes vecinos de la villa: Fco Mª Acha, Ildelfonso Larumbe, Nicolás Labrocena, José Mª Arocena, Bruno Iraizoz, Toribio Garde, Francisco Olaechea, Jacinto Olaechea y Félix Larumbe, los cuales, después del desastre de Orokieta, fueron indultados. Entre estos, es de destacar el caso de Bruno Iraizoz, que se convirtió en el mayor proveedor de carne del Regimiento Luchana, y que perteneciendo a las reservas, en la llamada a filas en enero del año 1874 no se incorporó al Ejercito Real.

De los hechos narrados del día 2 de mayo se emiten dos comunicados, uno al Jefe de la Columna de Operaciones que decía:

A la una de la tarde de hoy ha regresado a esta villa la fuerza carlista que esta mañana ha salido vitoreando a Carlos Mª, y con este a la cabeza y acompañado de 12 individuos de la servidumbre, y después de descansar un rato han partido con toda la fuerza por el camino del monte que queda entre Lesaka y Guipúzcoa, lo que participo a usted para lo que le convenga”. Vera 2 de mayo de 1:872, a las 3 de la tarde”.

El segundo se emite al Gobernador de Navarra, y dice lo siguiente:

A la una de la tarde de hoy ha entrado en esta villa de la frontera de Francia, el nombrado Carlos Mª, acompañado de 12 personas de la servidumbre y de la fuerza carlista de unos 2.000 hombres al mando del General Rada y Aguirre, que anoche se presentaron aquí y han salido esta mañana hacia la frontera según ha participado el Jefe de la Columna de Operaciones, lo que comunicamos a usted para lo que crea conveniente. Vera 2 de mayo de 1.872”.

Don Carlos Mª, con mucho entusiasmo pero sin armamento, recogiendo a cientos de jóvenes llamados por sus ideales carlistas, se dirigió hacia Orokieta y Elzaburu, donde le esperaban varios generales, entre ellos Ollo. El día de 4 de mayo el General Moriones, jefe militar de las fuerzas liberales, fuertemente armado y con gran artillería derrotó este alzamiento militar, haciendo prisioneros a cerca de un millar de voluntarios carlistas. Este desastre militar pudo tener unas consecuencias terribles para los seguidores carlistas, puesto que el propio Don Carlos estuvo a punto de perder la vida en su atrevimiento. Se cuenta que abandonó Ulzama a galope, internándose en Francia a través de Alduides el 5 de mayo.

La consecuencia de esta batalla trajo consigo que en los pueblos de la montaña Navarra se ejerciera un mayor control fronterizo, estableciéndose en las mugas diferentes destacamentos de militares liberales. La más importante en la Villa de Bera fue la del Regimiento Luchana, que permaneció a lo largo del año en curso, y donde según una orden del Jefe de aprovisionamiento Julián García, “toda la carne, vino y pan, sustento de la guarnición en Endarlatsa y en el interior de Vera lo aporten entre los ayuntamientos de Vera y Lesaca, en la forma que ellos crean.

Las consecuencias del desastre de Orokieta se recogen en abundantes testimonios de los carabineros de la frontera, testimonios que debían de remitir, en el caso de Bera al ayuntamiento, donde el alcalde J. Martinez de Morentín a su vez les daba el curso oficial. Éste en sus comunicados, y en vista de la extensión del monte Larun, debía de notificar al Jefe de Carabineros, cada vez que había movimiento de carlistas, el mojón más próximo de su avistamiento.

Los puestos de vigilancia durante el mes de mayo y junio se colocaron principalmente en el mojón 23, situado en la parte superior del caserío Marcosenborda, en Tximista, en la borda de Errandonea, en Alzate y en el puente San Miguel, dando la orden a los habitantes de los caseríos de informar todo movimiento de personas extrañas. Desde estos puntos se informaba diariamente del movimiento de carlistas que en retirada pasaban a Francia, produciéndose en algunos casos con enfrentamientos armados entre los carabineros y los huidos.

Por último y en lo que respecta a estos hechos, el 20 de mayo se informa, “que en Alzate se presentan dos carlistas armados que piden 2 kilos de carne, 2 de pan, y 3 litros de vino y que en la frontera hay 8 más, acudiendo en su búsqueda 20 carabineros. A su vez que no han salido del pueblo paisanos para apoyar a los carlistas. No teniéndose a partir de esa fecha información de movimiento carlista armado en la zona.

Afortunadamente en Bera se cuenta con la suficiente información escrita de los hechos ocurridos en la fecha del 2 de mayo 1872, sobre todo gracias al mantenimiento y conservación de la documentación de la época. Agradecer la facilidad y amabilidad mostrada de los que han hecho posible, para que aquello que la ausencia de Julio Caro Baroja dejó pendiente, hoy pueda ver la luz.


Aurelio Gutiérrez Martín

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